Como cada año, al acabar el año y esperar la entrada del año nuevo casi todos hacemos balance y nos fijamos nuevas metas para el año que entra.

Hay veces, que no nos acordamos de todos los propósitos que nos habíamos fijado, pero sí de los más importantes y eso es lo que cuenta.

Yo llevo días haciendo balance de este 2013 y pensando en qué quiero conseguir en 2014

Mi 2013 he tenido un mezcladillo de cosas de diferentes tonalidades, desde rosas hasta negros.

Al 2013 entré con diferentes propósitos:

A nivel profesional tenía un doble propósito, dedicarme a lo que realmente me apasionara y con la gente que viviera mis proyectos con la misma pasión o más que yo.

A nivel personal tenía varios, el más importante para mí era seguir luchando y trabajando por mi hija para ayudarla en su integración y tratar de borrar las posibles barreras que pueden presentársele por su discapacidad.

Y de todo eso que me ha ido pasando a lo largo del año, lo más positivo ha sido:

Que he tomado decisiones, algunas en el momento y otras un poco más tarde, pero las he tomado

Que he actuado con todas mis fuerzas para hacer que estas cosas ocurrieran y han ocurrido

Que me he quitado presiones innecesarias y me he enfrentado a algunos miedos porque he cogido el toro por los cuernos

Que he estado saliendo de mi zona de confort constantemente para que esto ocurriera y no me he sentido mal por estar fuera de ella

Que ahora, más que nunca, siento que estoy en el sitio que debo y con quien debo

Que me “he trabajado” internamente para poder ser una persona lo más equilibrada emocionalmente posible

Este año sólo tengo un propósito y es tener la misma capacidad que he tenido durante 2013. Sólo pido eso, no necesito nada más, lo tengo todo y si llega algo más será para mí un regalo.