Actualmente, Aitana tiene seis años, pero desde que  tenía cinco venimos advirtiendo que ella ya se siente diferente al resto de niños. Al principio, era algo que no nos preocupaba porque cambiando de tema o haciéndole bonita la historia de sus implantes cocleares, ella se quedaba conforme. Pero desde que ha cumplido seis años, esto ya no es tan fácil porque ya no se conforma con una historia bonita. Ahora tenemos que tratar de hacerle ver que cada persona es diferente, aunque, aparentemente, parezcamos todos iguales, y que siempre hay alguna característica o rasgo que nos diferencia a los unos de los otros.

Como os comento, no es tarea fácil porque ni Javier ni yo tenemos conocimientos de psicología emocional como para transmitir lo que ella necesita en esos momentos. Lo que que intentamos es seguir los consejos de profesionales que nos van guiando para tratar de hacerle ver a Aitana que, efectivamente, ha nacido con una característica diferente y que pocos niños la tienen y que esa característica le acompañará toda la vida, ya que su sordera no tiene cura. Algunas personas de nuestro entorno creen que los implantes cocleares curan la sordera, pero no. Es y seguirá siendo sorda toda su vida. Aitana pasa más de ocho horas al día sin escuchar porque sus implantes requieren de un mantenimiento, no se pueden mojar y en lugares donde hay mucha electricidad estática pueden llegar a desprogramarse y dejar de funcionar.

Creo os podréis imaginar que como madre, escuchar por boca de tu hija a decir «me hubiera gustado nacer sin ser sorda» o «quiero que de mayor se me curen los oídos para no llevar los implantes cocleares», no es plato de buen gusto, pero es algo con lo que tenemos que vivir.

Os voy a contar lo que nosotros hacemos en casa cuando esto sucede, por si a alguno de los que nos estáis leyendo os puede servir de ayuda:

  1. Lo primero y principal es decirle que, efectivamente, ha nacido con una característica que le va a acompañar de por vida. Su sordera no se cura y toda la vida va a necesitar sus implantes cocleares o cualquier otra ayuda técnica para poder escuchar.
  1. Le ponemos ejemplos para que ella se dé cuenta de que familiares cercanos o amigos también tienen alguna característica especial. El ejemplo más gráfico para ella es poner como ejemplo a las personas que llevan gafas. Le decimos que las gafas, al igual que sus implantes cocleares, permiten ver porque hay personas que por sí solas no pueden. Pero claro, las gafas no te alejan de las personas, su sordera sí.
  1. Otro de los ejemplos que le ponemos, que no son tan obvios, son el tema de los gustos y le preguntamos: ¿por qué crees que hay personas a las que les gusta comer verduras y a otras que no, por qué crees que hay personas a las que les gusta más ir a la montaña y a otras en la playa? Todas las personas somos diferentes y aunque físicamente no veamos esas diferencias, en nuestro interior hay cientos de cosas que nos hacen diferentes.
  1. Con respecto a las habilidades, le explicamos de que hay niños o niñas a los que se les da bien jugar al fútbol pero hay otros a los que no. Unos que corren muy rápido y otros que no, etc.
  1. Hablamos del tema de las emociones y habilidades sociales poniendo como ejemplo que hay niños que con mucha facilidad sonríen y hay otros a los que les cuesta más. Hay niños que piden las cosas “por favor” y dan las gracias, y a otros les cuesta mucho más. El motivo es que todos somos diferentes porque nos educan de forma diferente o vivimos en familias diferentes.

Pero en el fondo, y tras hablar con ella de todo esto, sé que su conformidad es pasajera, que no le es suficiente con eso. Ella siente un alivio momentáneo. Alivio o tranquilidad que le pasa cuando vuelve a vivir otra una situación en la que se siente algo limitada o apartada de las personas.

Estas situaciones suelen ocurrir cuando:

  1. Rodeada de niños no entiende las reglas del juego y no es capaz de integrarse en él.
  2. Cuando en clase, varios niños hablan a la vez y no entiende lo que se está diciendo.
  3. Cuando está viendo la televisión o escuchando música y alguien le habla.
  4. Cuando no es capaz de reconocer de dónde proviene una fuente de sonido.
  5. Etc.

Espero que con los años, adquiera la suficiente madurez como para afrontar su discapacidad con valentía y aprenda a seguir superando los obstáculos que le irán surgiendo durante su vida.

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Sinopsis:
A veces la vida te cambia en un segundo. De repente, todo se desmorona. Aparece el miedo, la negación, la desesperación, la rabia. A Loles Sancho le ocurrió cuando le dieron el diagnóstico de su hija Aitana: hipoacusia profunda. Fue en ese segundo cuando la vida le cambió… pero a mejor. Porque decidió superar el miedo, la negación, la desesperación y la rabia. Y lo consiguió. SOS Mi hija es Sorda es una historia de superación, de lucha, de lágrimas y de felicidad. Loles Sancho tuvo que aprender a vivir de una manera diferente. La discapacidad de su hija le hizo superar su obsesión por el trabajo y la perfección. El running le dio la fuerza que necesitaba para emprender la lucha por el bienestar de su hija. Y su marido y gran apoyo, Javier, le dio la paz necesaria para  entender que hundirse no era una salida. El libro de Loles Sancho no es una historia de discapacidad, es una historia de fuerza, de lucha, de sinceridad, de amor incondicional y emociones desbordadas. Es la historia de una mujer que hizo frente a la adversidad mirándola de frente.