Los días previos a una distancia más larga de la habitual corretean las mariposas por el estómago a una velocidad de vértigo. Días antes cuido más que nunca la alimentación, intento no probar cosas nuevas que puedan sentarme mal, entrenar con mucho cuidado para no lesionarme,… todo lo que está en mi mano para llegar como un reloj al día de la prueba.
Hay otras variables que no puedo controlar como son los nervios, adrenalina, las veces que visito al señor Roca y la imposibilidad de conciliar un sueño profundo.
Cuando me planteé debutar en una media maratón llevaba hechos varios entrenamientos de distancias de entre 18 a 20k y vi ya podía lanzarme, así que Jesús Martí y yo decidimos que era el momento.
Fue una experiencia muy enriquecedora por varios motivos:
1. Porque dar el salto a una distancia más larga para los aficionados al running siempre lo es
2. Porque te das cuenta que la gran mayoría ya son corredores muy experimentados y en muy buena forma.
3. Porque se ve mucha más seriedad durante la carrera. Ya no se oye a los corredores contarse batallitas, cantar o piropear. Lo que ayer oía era el silencio del estado de máxima planificación, control y esfuerzo.
4. Y por otros muchos motivos y objetivos personales que hacen que este tipo de pruebas sean un pasito más…
Mis sensaciones fueron muy buenas a lo largo de toda la prueba a excepción de los 2 últimos kilómetros que mis piernas empezaron a “bloquearse”, las llevaba muy cargadas, duras como una piedra y el dolor de lumbares que se me puso en el km 13 subió hasta el cuello, con lo que llevaba toda la espalda dolorida, pero nada grave como para no acabar.
Al pasar por primera vez por línea de meta, km 10.5 (el recorrido eran dos vueltas al mismo circuito) mi cara tuvo que ser un poema porque Jesús me pregunto “¿estás mentalizada de que hay que dar otra vuelta como esta? Tómate esta primera como calentamiento que ahora empieza realmente la prueba”.
Hoy, 24 horas después, estamos ambos recuperados, sin dolores musculares, sin agujetas,… por lo que sabemos que pudimos esforzarnos un poco más y bajar marca de 1h 48 min a 1h 46min, pero ese será un objetivo futuro.
Hoy me pregunto qué hubiera pasado si no hubiéramos controlado la velocidad la primera parte de la carrera, pues recuerdo tener que decirle a Jesús en varias ocasiones, “frena un poco que vamos lanzados y aún queda mucho”… esas respuestas espero tenerlas en otras pruebas como la de ayer.
Para finalizar agradecer a mi marido, Javier, su apoyo y paciencia infinita, a los vecinos y amigos su interés y mensajes de apoyo para este debut, a Ramón Calvo sus consejos, entrenamientos en las semanas previas a la prueba y las fotos que nos hizo. Y a Jesús Martí por tener la paciencia de esperarme siempre aunque el pueda llegar antes.
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