¿Te gustaría vivir cada instante de tu vida como si fuera el último, desprender felicidad, entusiasmo, espíritu de superación, caerte y levantarte, abrazar al primero que pilles enfrente, sonreír a todas horas del día?
Pues ese es el repaso de mi lección de hoy y os cuento por qué.
Esta mañana, varios compañeros del Club Deportivo Camp de Morvedre, hemos colaborado en las paraolimpiadas que organiza cada año el Ayuntamiento de Sagunto.
No sé cuántos participantes discapacitados habría, pero todos ellos personas con un grandísimo espíritu de superación, mucho entusiasmo, viviendo cada momento como si fuera el último de su vida, desprendiendo bondad, felicidad, solidaridad, confianza en sí mismo, cayéndose y levantándose, dejándose ayudar,…. Y un sin fin cosas maravillosas.
Bailaban como si se acabara el mundo, saltaban con una energía desbordante, se emocionaban con una facilidad abrumadora,… ¿qué envidia verdad?
Creo que son motivos suficientes para que los tomemos como ejemplo, pues su actitud frente a la vida, pese a las dificultades a las que se enfrentan a diario, debe ser para nosotros fuente de inspiración y que sirva para que dejemos de compadecernos de ellos y, por supuesto, de quejarnos por cosas ridículas ¿no?
Imagen del la web del Ayuntamiento de Sagunto Paraolimpiadas del año 2012
Ellos están más que capacitados para vivir la vida al máximo, exprimiéndola hasta la última gota. Muchos de nosotros probablemente no.
Las familias que vivimos cerca de discapacitados tenemos la suerte de poder contagiarnos de muchas de estas cosas y tener la capacidad de vivir la vida de manera diferente. Es complicado de explicar, pero la vida se ve desde otro prisma, se ve mucho mejor, más clara, más apasionada y alucinante.
Las personas con discapacidad son los mejores profesores o coaches en la asignatura de: “Cómo exprimir la vida hasta la última gota”
Desde aquí mi admiración a todos ellos y por supuesto a sus familiares y cuidadores.
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