Mañana hace dos años exactamente que implantaron a nuestra hija. Nuestra hija, como muchos de vosotros sabéis, es sorda profunda de ambos oídos y lleva en sus oídos implantes cocleares.
Es una día para celebrar, ya lo creo… y un día para hacer balance.
Aitana ahora tiene 4 años y 1 mes y lleva escuchando menos de dos años, pues aunque haga dos años de su operación no pudo empezar a escuchar “algo decente” hasta 3 meses después de su operación.
Y ahí está nuestra campeona, con un año y 9 meses de edad auditiva charrando por los codos, cantando,… y avanzando a un buen ritmo para equipararse a los niños de su edad.
Las cosas ahora son mucho más fáciles para todos, y para ella la primera. Mi marido y yo creemos que por mucho que expliquemos lo que es criar a un niño sordo es casi imposible que alguien nos entienda a no ser que lo esté viviendo en sus propias carnes.
A parte de la dureza que tiene recibir la noticia: TU HIJA ES SORDA, lo duro que se hace el día a día convivir detrás de una personita, intentar explicarle para que son las cosas, intentar calmarla cuando llora, cuando no entiende las cosas, cuando no quiere jugar con niños porque no entiende los juegos, cuando tiene hambre de una cosa y no sabe decirte de que,….
Y cuando la operan, le ponen y sus aparatitos para la mayoría de la gente esto ya ha acabado, y nada más parecido a la realidad, ESTO ACABA DE EMPEZAR. Ahora descubre el sonido, se asusta de los ruidos, no para de hacer ruidos ella con las manos, los pies, pegando con palos a los sitios,…es todo nuevo.
Y cuando quiere agua y tu le dices A.G.U.A para que aprenda que eso que lleva dos años bebiendo y le quita la sed se llama agua, y los terapeutas te dicen que debes repetirlo mínimo 60 veces para que retenga esa palabra. Y claro te pasas todo el día con la botella de agua en la mano diciendo agua, agua, agua,….
Luego hay otra fase, la fase en que ella quiere hablar pero no puede, no sabe,…está muda completamente y atrofiada y tu poco a poco te vas desesperando. Pasan los meses, tu hija tiene 2 años y medio y dice lo básico: papá, mamá, agua, pipi y en nuestro caso ella también decía chocho jeje
Y vas por la calle y en muchas ocasiones la gente le habla, ella no entiende, no responde y la gente te pregunta ¿con lo mayor que es y no dice nada? Y a ti te duele, te duele más que parirla,…pero tu vida sigue… y sigues yendo diariamente a terapias, madrugón tras madrugón, y sigues sacando el trabajo adelante porque sabes que necesitas el dinero para poder hacer frente a todos los pagos y sigues soñando en el día en que podrás hablar con tu hija, contarle cuentos por la noche como lo hacen el resto de papás, de ponerle unos dibujos animados y que entienda al menos el contexto, de que sepa lo que es el día de su cumpleaños, de que es la noche de reyes,…y de tantas tantas cosas….de que yo soy su mamá y que me llamo Loles y que la adoro.
Y sigues día tras días, madrugando para rascar 1 ó 2 horas de trabajo antes de despertarla para ir a las terapias, y por las tardes le dedicas su hora u hora y media a hacer los ejercicios que te han recomendado, y te alegras de sus pequeños avances y te frustras de lo mal que va, te ríes o lloras o todo a la vez.
Y después de estos dos años…. Hablas con tu hija, le enseñas canciones, sabe lo mucho que le quieres, hablamos hasta cuando ella va sin sus implantes, porque hemos adquirido una comunicación especial y ella está aprendiendo a leer los labios.
A Aitana le encantan los cuentos, las canciones, que le expliquemos cosas….y disfruta de su silencio nada más despertar por las mañanas. Es su momento, tumbarse en el sillón durante 10min y estar desconectada del mundo. Luego…viene corriendo diciendo: Quiero mis implantes!!!
Sus terapeutas nos dicen que va muy bien, que aún quedan fases que atravesar y que cada vez son más “complicadas” pero vamos en el buen camino. Y mientras tanto sigues madrugando, dedicándole mucho tiempo, y esto consume mucho…pero tienes un marido estupendo y sois uno, porque así lo decidisteis.
Y la miramos, y la escuchamos, y nos miramos y nos sentimos felices y muy orgullosos de ella y de nuestro trabajo. Y miramos alrededor y vemos a un montón de gente que nos ayuda, que nos apoya y que no mira como un bicho raro a nuestra hija.
Somos afortunados, muy afortunados.
Si apretáis el siguiente botón, podréis ver Aitana y sus dotes como cantante 🙂
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Sinopsis:
A veces la vida te cambia en un segundo. De repente, todo se desmorona. Aparece el miedo, la negación, la desesperación, la rabia. A Loles Sancho le ocurrió cuando le dieron el diagnóstico de su hija Aitana: hipoacusia profunda. Fue en ese segundo cuando la vida le cambió… pero a mejor. Porque decidió superar el miedo, la negación, la desesperación y la rabia. Y lo consiguió. SOS Mi hija es Sorda es una historia de superación, de lucha, de lágrimas y de felicidad. Loles Sancho tuvo que aprender a vivir de una manera diferente. La discapacidad de su hija le hizo superar su obsesión por el trabajo y la perfección. El running le dio la fuerza que necesitaba para emprender la lucha por el bienestar de su hija. Y su marido y gran apoyo, Javier, le dio la paz necesaria para entender que hundirse no era una salida. El libro de Loles Sancho no es una historia de discapacidad, es una historia de fuerza, de lucha, de sinceridad, de amor incondicional y emociones desbordadas. Es la historia de una mujer que hizo frente a la adversidad mirándola de frente.
Gracias Loles, te leo y me siento totalmente identificada de mis vivencias con mi hija Tati Melón es como si fueras yo , y Aitana mi hija Tati, es muy conmovedor recordar todo lo vivido , fue muy difícil y maravilloso, infinitas gracias por compartir