Hace unos días participé en Ekiden Valencia, una Maratón que consiste en completar corriendo los 42.195m por equipos y relevos. Los relevos eran de 5.000m, 10.000m, 5.000m, 10.000m, 5.000m, 7.195m
Mis compañeros blogueros de Valencia Runner me invitaron a formar equipo con ellos y así poder correr uno de los relevos de 5000. Como experiencia ha sido estupenda, para repetir sin duda. Os dejo mi crónica de los 5K. Llegaba mi relevo, me tocaba pisar el tartán para esperar a mi relevo, Alex Heras, conocido como Yo no hago series, y ahí estaba yo, junto a unas 80 personas más en línea de salida esperando a que Alex me pasara el tasuki. Oigo a Joxe Fernández (Speaker Valencia) anunciar: “y ahí viene Alex” y efectivamente, ahí venía mi compañero apretando en los últimos 100 metros y buscándome con su mirada. Elevo los brazos, salto, consigo que me vea y me pongo a correr a su lado mientras nos pasamos el tasuki de manos. Le digo que tiene que pasar el arco de meta conmigo y allí vamos los dos, él ya sin el tasuki y yo escuchando el ruido de fondo de la gente que estaba en las gradas. Ha sido un momentazo, sin duda, la adrenalina rebosaba por los poros de mi piel, literal. Empiezo a dar la primera vuelta por las pistas de atletismo del río Turia y veo que voy demasiado rápido, a menos de 4 min/km pero da igual, estoy viviendo un momento increíble. Una vez salgo de las pistas empiezo a regular y ponerme al ritmo que tenía en mente y poco a poco lo voy consiguiendo. Ese ritmo me permite disfrutar del paisaje, de la gente que está en el cauce del río animando. Van pasando los kilómetros y veo que llevo un ritmo estable, excepto en algunos giros de 90 y de 180 grados que había en el recorrido que inevitablemente te tienes que clavar.
Me pasan corredores del mismo relevo que corro yo, el tercero de 5 kilómetros y yo a la vez paso a corredores del relevo anterior, de 10.000 m.
He llegado al kilómetro 4 sin darme cuenta, sólo queda un kilómetro y ya oigo a Speaker Valencia otra vez, estoy llegando. Me quedan fuerzas, me encuentro bien, estoy disfrutando y las piernas empiezan a tomar un ritmo más ligero y me dejo llevar. El último kilómetro ha sido el más rápido, sobre 4´17” y se me ha hecho corto, muy corto, sobre todo al bajar de nuevo a las pistas. Esa sensación de ver la meta y de buscar a mi siguiente relevo, Rosa del Toro, que ahí estaba elevando brazos para que pudiera identificarla. Me acerco a ella, le paso el tasuki y cruzamos juntas el arco de meta. De repente me doy cuenta de que se ha acabado, de que ya no corro, estoy frenada. Ha sido una gran experiencia, una nueva forma de competir y compartir esta afición.
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