El objetivo de este post es contaros las cosas que yo le hice con mi cuenta de Twitter, cuando comencé a interactuar en esta red, y que hoy en día no haría.

  1. No tenía un objetivo claro: abrí la cuenta por abrir sin un objetivo claro. Si lo hiciera hoy tendría claro que mi objetivo sería:
    1. Aprender el argot intrínseco a la red: para mi #, #FF, TL y otros, porque esto  era para mí como leer chino.
    2. Aprender de otros que puedan ser referencia para mí o mi sector.
    3. Posicionarme como algo en la red: formadora, marketóloga, social media, runner.
    4. Tener a Twitter como canal de información segmentada por temas para poder informarme de todo lo que me interesa desde un mismo sitio.
  2. No completé la BIO, la dejé en blanco y era un huevo morado, al menos escogí el color del huevo.
    1. Hoy pondría desde el minuto uno una foto.
    2. Completaría mi BIO añadiendo palabras clave que me definieran o posicionaran como profesional de algún sector, aficionada a algo,… #marketing, #runner, #SM
  3. Empecé a tuitear sin seguir a nadie: pensaba que lo que yo escribía era leído por todo el entorno Twitter y me pasé varias semanas escribiendo tuits que cayeron en saco roto.
  4. Empecé a seguir cuentas a diestro y siniestro sin ningún objetivo claro y sin hacer ningún tipo de segmentación: con lo que me encontré que al cabo de unos meses seguía a cientos de cuentas que me hablaban de temas que ni me interesaban. Y peor aún, conseguí seguidores que nunca han interactuado conmigo, gente que no me sube el klout  🙂 
  5. No interactuaba: al no saber donde me llevaban las notificaciones sin los mensajes directos no interactuaba con la gente, me dedicaba simplemente a tuitear y de vez en cuando hacía algún RT. Ahora trato de agradecer a mis nuevos seguidores su confianza depositada en mí, los RT´s y las menciones.
  6. No manejaba listas: por lo que leer esos miles de tuits diarios se me hacía tarea ardua y dura. Cuando descubrí las listas y sus utilidades, Twitter para mi, fue un antes y un después. Ahora Twitter no me estresa, leo lo que “me apetece” consultando mis listas (algunas confeccionadas por mí: privadas y públicas) y otras confeccionadas por otros a las que estoy suscrita. Mi Time Line prácticamente ni lo consulto. Las listas de Twitter son para mí unas de las herramientas más útiles y me choca ver que no mucha gente o, no las conoce, o no les saca el provecho que nos aportan.
  7. No sabía que había favoritos: pensaba  que la utilidad de los favoritos era simplemente un “me gusta” a un tweet que había caído en mi TL o en lagunas de mis listas. Hoy los utilizo para varias cosas:
    1. Como lista de tweets no leídos que deje para leer más tarde
    2. Cómo favorito propiamente dicho, tweets que me hayan parecido muy interesantes, graciosos u ocurrentes.
    3. Cómo forma de posicionar mi marca: marco como favoritos aquellos tweets en los que la gente me menciona diciendo cosas “buenas” de mi o de mis post, o tweets en los que alguien que considero influyente me ha mencionado, para sí ver con quien me codeo 🙂
  8. Manejaba Twitter desde Twitter.com: no conocía las herramientas de gestión de cuentas como Hootsuite o Tweetdeck (que son las que actualmente manejo): esto fue otro punto de inflexión, porque así “no se me escapa” ni una mención, ni un RT, y veo mucho mejor mis listas. A parte de que puedo programar algún tweet, que por supuesto, lo hago si lo veo necesario. Es un gustazo poder estar viendo desde una misma pantalla dos listas, seguir un # y a la vez tuitear.

Esas son algunas de las cosas que considero errores de principiante que pueden subsanarse formándose previamente antes de lanzarse a la piscina. Mi formación se basó en prueba-error, en echarle horas y en leer mucho. Ojalá alguien me hubiera contado algunas de estas cosas cuando empecé a interactuar en Twitter.

Son muchas redes sociales las que manejamos a diario, por lo que es fundamental ser eficiente en cada una de ellas para no estresarnos, como me pasó a mí, y supongo que a muchos de vosotros.

Este post lo escribí para el blog de SMRevolution