El martes día 9 de Septiembre, mi marido Javier tuvo la oportunidad de asistir a una conferencia de Luis Galindo. Lo hizo gracias a Anecoop y a nuestro amigo José Vicente.
Hoy quiero compartir con vosotros cómo vivió Javier esta experiencia que nos la relata así:
Iba expectante, había visto vídeos en Youtube de Luis Galindo, y era conocedor de la fuerza que imprime y el trabajo que hace para que los asistentes hagan reflexiones interiores.
Pero lo que más me sorprendió fue, sin querer desvelar nada de la charla por si algún día podéis ver a Luis, es que no la enfocó desde un punto de vista meramente profesional.
Él explica que tenemos que ser capaces de volver a ilusionarnos, y que esas ilusiones deben aflorar en nuestra vida personal, nuestra vida social y nuestra vida profesional.
Todos tenemos problemas, ¡claro que los tenemos!, mil. Pero nuestra actitud a la hora de enfocarlos y de darle su justa importancia, harán que ocupen el lugar adecuado en nuestra escala de valores.
Podemos pensar que tenemos un jefe insoportable, un matrimonio rutinario, una vida social estancada, por supuesto que podemos pensarlo, pero ¿qué hacemos para solucionarlo?
Esos problemas no se van a solucionar solos, tenemos que intervenir. Y tenemos que hacerlo sacando lo mejor de nosotros mismos, dando nuestro maximum best a cada momento, en cada cosa que hacemos.
Focalizar, y tener en cuenta que lo más importante del mundo, lo que requiere nuestra máxima atención, es lo que está ocurriendo en este preciso momento. Desde cerrar una negociación, hasta apretar un tornillo. No hay nada más importante en ese momento.
Como decía Luis:
“En este momento, ¿Quiénes son las personas más importantes del mundo para mí? Sois vosotros. Para quienes me estoy entregando y tratando de darlo todo. Y por supuesto que sigo siendo esposo, sigo siendo padre. Pero hoy, aquí, en este preciso instante, las personas más importantes de mi vida sois vosotros”.
Así que, dejemos de pensar en pasado y en futuro de una forma desmedida. Entreguémonos al momento presente, pongamos toda nuestra atención a lo que estemos haciendo, y conseguiremos la base para que nuestra parcela en el mundo se desarrolle: la excelencia”.
Y si todos trabajamos esa excelencia, mejoraremos nuestra parcela, y entre todos, mejoraremos el mundo.
Me emocionó especialmente un vídeo, un extracto de la película “El guerrero pacífico”, donde el protagonista, un gimnasta profesional, mientras realiza el ejercicio de su vida siendo observado por público y jueces, mantiene una conversación interior consigo mismo.
– ¿Dónde estás?
– Aquí
– ¿Qué hora es?
– Ahora
– ¿Qué eres?
– Soy este momento
Deja tu comentario